martes, 24 de noviembre de 2009

Te quiero porque tienes....

Te quiero porque tienes
las partes de la mujer en el lugar preciso
y estás completa.
No te falta ni un pétalo,
ni un olor, ni una sombra.

Colocada en tu alma,
dispuesta a ser rocío en la yerba del mundo,
leche de luna en las oscuras hojas.
Quizás me ves,
tal vez, acaso un día,
en una lámpara apagada,
en un rincón del cuarto donde duermes,
soy la mancha, un punto en la pared,
alguna raya que tus ojos, sin ti,
se quedan viendo.

Quizás me reconoces
como una hora antigua
cuando a solas preguntas, te interrogas
con el cuerpo cerrado y sin respuesta.

Soy una cicatriz que ya no existe,
un beso ya lavado por el tiempo,
un amor y otro amor que ya enterraste.
Pero estás en mis manos y me tienes
y en tus manos estoy, brasa, ceniza,
para secar tus lágrimas que lloro.

¿En qué lugar, en dónde, a qué deshoras
me dirás que te amo? Esto es urgente
porque la eternidad se nos acaba.
Recoge mi cabeza. Guarda el brazo
con que amé tu cintura. No me dejes
en medio de tu sangre en esa toalla.
De Jaime Sibanes

para una pequeña chica, para un gran conflicto :P

viernes, 20 de noviembre de 2009

preludio

Necesito una mujer niña
que sepa amar con sus cinco sentidos,
que sepa lo violenta que puede ser una mirada
que no menosprecie las pasiones de un hombrecillo enamoradizo
de uno que no sabe como parar al soñar
que no sabe como detenerse al hablar
un pobre hombre que no sabe avanzar ni frenar
uno que no sabe escoger su destino
de un hombre que no esta bien solo.

Necesito una que sepa eso... eso que ni yo se;
que sea su secreto para hacerme volar:
hacia la luna o el sol... o Venus!
allí donde pueda sembrar su canción
con golpes de pasión
y si fuera posible hasta con amor;
para cosechar en una cama,
con dos cuerpos.
Para vivir una vida, como si fuéramos dos.
Pero una melodía, una canción...

MonyLu (Daniel "Cuco" Vega y Joel Vega)

Poesia

Quiero llevar mis labios cargados de poesía
para recitarte en cada noche
pero las palabras
se hacen diminutas a tu lado.

Porque poesía
no es lo que se aprende y se repite.
porque poesia es lo que se siente.

Porque poesía escribe tu mano en mi pelo
tus ojos en mi sonrisa
y el chololate en nuestros labios.

Porque poesía recita tu espina en mi alma
tu recuerdo en mi pecho
y tu cara en mi mañana

Porque poesía alcanzo al saberte
y que te amo...
y que amas...

Quiero llevar mis labios cargados de poesía
para recitarte en cada noche
y aunque las palabras
se hagan diminutas a tu lado
ya nada importa.

Porque la poesía es cada vez
más grande entre nosotros.

Joel Vega Cordero

miércoles, 18 de noviembre de 2009

los amorosos

Los amorosos callan.
El amor es el silencio más fino,
el más tembloroso, el más insoportable.
Los amorosos buscan,
los amorosos son los que abandonan,
son los que cambian, los que olvidan.

Su corazón les dice que nunca han de encontrar,
no encuentran, buscan.
Los amorosos andan como locos
porque están solos, solos, solos,
entregándose, dándose a cada rato,
llorando porque no salvan al amor.

Les preocupa el amor. Los amorosos
viven al día, no pueden hacer más, no saben.
Siempre se están yendo,
siempre, hacia alguna parte.
Esperan,
no esperan nada, pero esperan.

Saben que nunca han de encontrar.
El amor es la prórroga perpetua,
siempre el paso siguiente, el otro, el otro.
Los amorosos son los insaciables,
los que siempre -¡que bueno!- han de estar solos.
Los amorosos son la hidra del cuento.

Tienen serpientes en lugar de brazos.
Las venas del cuello se les hinchan
también como serpientes para asfixiarlos.
Los amorosos no pueden dormir
porque si se duermen se los comen los gusanos.
En la oscuridad abren los ojos
y les cae en ellos el espanto.
Encuentran alacranes bajo la sábana
y su cama flota como sobre un lago.

Los amorosos son locos, sólo locos,
sin Dios y sin diablo.
Los amorosos salen de sus cuevas
temblorosos, hambrientos,
a cazar fantasmas.
Se ríen de las gentes que lo saben todo,
de las que aman a perpetuidad, verídicamente,
de las que creen en el amor
como una lámpara de inagotable aceite.

Los amorosos juegan a coger el agua,
a tatuar el humo, a no irse.
Juegan el largo, el triste juego del amor.
Nadie ha de resignarse.
Dicen que nadie ha de resignarse.
Los amorosos se avergüenzan de toda conformación.
Vacíos, pero vacíos de una a otra costilla,
la muerte les fermenta detrás de los ojos,
y ellos caminan, lloran hasta la madrugada
en que trenes y gallos se despiden dolorosamente.

Les llega a veces un olor a tierra recién nacida,
a mujeres que duermen con la mano en el sexo,
complacidas,
a arroyos de agua tierna y a cocinas.
Los amorosos se ponen a cantar entre labios
una canción no aprendida,
y se van llorando, llorando,
la hermosa vida.


Jaime Sibanes

sábado, 14 de noviembre de 2009

Aun no…

Aun no…

Aun no te quiero… no.
Pero tienes algo
algo que me cautiva
y me hace pensar en ti constantemente.
Y todavía no he descubierto que es
supongo que con los días vendrán respuestas.
No es que te vea a menudo,
no es que hablemos de billones de cosas,
Todavía queda mucho pendiente, demasiado,
pero… estas en mi mente
Y no se.

Te veo abriendo las puertas de mi cabeza,
desordenándome los papeles.
Y de vez en cuando me entra un poquillo de miedo
de que hayas entrado así,
de sopetón,
sin ni siquiera avisar.
Como si te perteneciese ya mi cabeza,
como si supieses que iba a ser para ti.

Quizás esa confianza que tus ojos
me desvelan cuando me miran
es la que me tiene así,
la que me hace pensar en ti
y sonreír... de vez en cuando.
Sin ni siquiera motivo.
Porque no das motivos
No das razones,
No explicas nada,
Simplemente me miras, de esa manera,
y te metes en mi cabeza.

Luego me quedo pensando,
me quedo en silencio,
te vas, y te veo la espalda
y te alejas lentamente
como si no te quisieses ir.
aunque no mires para atrás,
o que cuando mires sea para decir
un segundo adiós…
Un hasta pronto… y no se.


Te veo cuando vuelves
y todavía no me recorre el típico escalofrió en la panza,
aunque avece si,
pero es solo con tu mirada,
es solo cuando me clavas los ojos directamente,
y entonces todo desaparece
y no se donde esconderme,
me siento vulnerable,
como si pudiese leer mis ojos
porque ya estas en mi cabeza… claro.

Entonces lo veo tan claro y real que
quizás me pongo roja
o mire para otro lado
pero mis ojos se han quedado en ti
siguen mirándote,
aunque no te mire.

Y luego viene… no se que viene,
todavía no viene nada.
No viene nada más allá de unas palabras,
de esas luces de ojos.
No viene nada…
Pero es como si estuviésemos abiertos a esa posibilidad,
y a veces ya me deja de dar miedo,
ya se me ponen los ojos brillantes,
Y entonces es cuando sonrió y digo:
quizás sea momento,
Porque no?

Saray Poveda